viernes, 26 de junio de 2015

Los viajes de los draenei como ambientación de juego

Llevo siendo un enamorado de la ambientación de la saga Warcraft desde hace años. No es nada realista, ni verosímil ni romántica, si no que es una cosa bastante macarra con viajes siderales, razas alienígenas, antiguos males que se agazapan en las zonas más oscuras del universo y pandas antropomórficos que, como no podía ser de otra manera, son maestros de artes marciales. No se que tiene ese universo pero me encanta. 

La cosa es que hay cierta raza del mundo cuya historia me gusta mucho (y eso es raro, contando que todas las razas de ese mundo están hechas para masmolar bastante) y esa es la de los Draenei. De buenas a primeras cabe decir que estos tipos son una raza bastante original para una ambientación de Alta Fantasía, y eso siempre es algo bueno. Ya no sólo por su aspecto (que, al final, es lo de menos) si no por su historia y su 'naturaleza'.

Una hembra draenei
En el universo de Warcraft, los draenei son herederos de la antigua raza de los eredar. Los eredar eran una raza con una fuerte conexión con todas las formas de magia originaria del planeta Argus. Su poderosa naturaleza atrajo las atenciones de Sargeras, el Titán Caido*, y este se juntó con su raza prometiéndoles poder y gloria. Del triunvirato que mandaba sobre los eredar (Kil'Jaden, Archimonde y Velen) sólo este último comprendió el enorme peligro de afiliarse con Sargeras, pero se veía impotente para hacer nada. En su desesperación, Velen rezó por un milagro, un milagro que ocurrió. Ante el Profeta se presentó un miembro de la extraña raza de los naaru, unos seres de pura luz enemigos de Sargeras y de aquello que él representa. Con la ayuda de los naaru, Velen el Profeta pudo reunir a un grupo de fieles que no compartían los ideales de Sargeras y consiguieron huir del planeta. Desde ese mismo momento los huidos fueron conocidos como los draenei, los exiliados. Ni que decir tiene que Kil'Jaden consideró esto una enorme traición y desde ese mismo momento comenzó a perseguir a sus antiguos hermanos con todo el poder que su nueva afiliación, la Legión Ardiente, le daba.

Desde ese mismo momento los antiguos eredar quedaron divididos en dos razas diferentes. Por un lado los errantes draenei, que buscaban un lugar en el vasto universo y por otro los ma'nari, los eredar corruptos por los poderes demoníacos de la Legión Ardiente que ahora controlan como sus principales estrategas. Con el paso del tiempo, tras cientos, o quizás miles, de años de búsqueda los draenei encontrarían en el planeta que bautizarían como Draenor, 'el refugio de los exiliados'. Con el paso del tiempo la Legión Ardiente acabaría por dar con este refugio, lo cual acabaría con la corrupción de los orcos y, la división de los draenei e incluso la propia destrucción del planeta, lo cual llevaría a los draenei a volver a huir una vez más hasta llegar a las costas de Azeroth.

Los draenei que se quedaron en Draenor acabaron por
involucionar en dos razas a cada cual más degenerada
Pero yo me quiero centrar en una época anterior a todo esto. Según el trasfondo del juego los draenei estuvieron viajando durante años y años por los diferentes planetas del universo, pero no se centran en nada más. Se sabe que la Legión les perseguía, pero poco más. Y yo, sinceramente, veo ahí muchas probabilidades para partidas. Es decir... ¿Raza mágica ayudada por alienígenas milagrosos se van desplazando entre planetas a cada cual más raro mientras legiones de demonios les persiguen buscando su sangre? ¡Que coño, es genial! Además, es una forma de utilizar un montón de ideas del universo de Warcraft (como los Titanes, otros planetas y demás) que de otra manera no se podrían utilizar, aparte de tener un montón de espacio para inventar a placer (y, llegado el momento, siempre se puede poder un portal espacio-temporal que conecte con Azeroth... ¡Es Warcraft, se pueden hacer estas burradas!). A nivel de sistema yo usaría o bien NSd20 (como no) o bien Savage Worlds, ya que es un juego bastante macarra. Fate supongo que podría valer, quien sabe. En general no tengo muy pensado que haría con el tema, pero tengo claro que puede molar mucho y de eso iba la entrada de hoy. No se si llegaré a ampliar esto en el blog (quien sabe) pero bueno, hasta aquí los desvarios de hoy.

Bueno, me voy callando ya. Espero que os llame y os guste.

¡Nos leemos!

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