martes, 24 de junio de 2014

A tumbos por la Tumba del Terror

Ayer quedé por la tarde con un amigo al que no veía en meses. Aparte del frikerio normal que envuelve nuestros encuentros, entre unas cosas y otras dejamos el juego de miniaturas al que íbamos a jugar (y que tenemos que retomar, porque tenía buena pinta) y preparé una partida exprés de Savage Worlds, ya que me había llevado el manual para enseñarselo. Todo fue muy rápido, sobre las 5.30 llegó el tercero del grupo y a las 9 ya habíamos terminado, creación de PJ incluida (Aunque tiramos de los 'Arquetipos' que te da el propio manual y la cosa salió bastante bien). No tuve tiempo físico para prepararme la aventura, pero usé una de las famosas One Sheet Adventures de Savage Worlds. En este caso fui a lo clásico y elegí The Tomb of Terrors, algo de fantasía clásica aunque con cierto toque muy 'a lo savage'. Si planeas jugarla, voy a destripar el argumento así que cuidado.

Thomas Ochan se hizo nigromante porque todos se metían con él cuando era pequeño.
En serio.
Básicamente la historia nos situa en el pequeño pueblo de Socanth, una villa antaño mucho mayor que está sufriendo los ataques de las legiones del insidioso nigromante Thomas Ochan. Un grupo de grandes héroes se va a matar al hechicero oscuro en su propia guarida... Y ese grupo no son los PJ, lógicamente. Los PJ son unos mataos de segunda que están encargados de proteger a la villa 'por si acaso' mientras los héroes de verdad están fuera. En nuestro caso fueron la espadachina Carla de Bezoyo y un mago tirando a siniestro cuyo nombre no quedó muy claro. Básicamente se dedican a vaguear, a cazar no muertos rezagados y a hacerles la pelota a los héroes (cómo dijo el mago 'Yo soy el que le llevaba el agua al bárbaro mientras estaba dando espadazos... ¡Sin mí se habría deshidratado y habría muerto de sed!'). En una noche de descanso, después de un recital en el que un bardo canta las hazañas de los héroes, un guardia conocido de los PJ se acerca a ellos con mucho miedo. Dice que las ratas están huyendo y que hay algo en las alcantarillas. Temiendo que sea un grupo de no muertos que se ha colado de alguna manera, pide a los héroes que le acompañen abajo. Estos aceptan, con gran valentía la espadachina y con desgana el mago.

Después de bajar a las alcantarillas encontraron un agujero en una pared desde la que salían todas las ratas. Quitando las piedras (con muchas quejas por parte del mago) encontraron una extraña construcción que databa de muchos siglos atrás. Al principio tuvieron que sortear un pequeño abismo (con la truculenta escena del mago cazando ratas para prenderles fuego y ver el tamaño de la caída) para llegar a un pasillo inundado de ratas que pudieron evitar sin demasiados problemas. El pasillo conducía a una habitación llena de nichos que unos zombies estaban excavando. El combate se resolvió rápido (los tres, tanto los dos PJ cómo el PNJ dieron buena cuenta de los enemigos sin sufrir demasiado) pero no tuvieron tiempo para descansar: una voz surgía de una habitación cercana, una voz siniestra que hablaba de oscuros rituales que no deberían existir. 

El terrible golem de hueso.
Arma en mano entraron en la nueva habitación para ver a Ochan haciendo un extraño ritual. Antes de poder detenerle una criatura surgió de entre las sombras: ¡un terrible golem de hueso! Los PJ se enfrentaron a él, aunque sus golpes apenas si dañaban a tan duro oponente. Mientras Ochan intentaba, sin éxito, hacer algunos hechizos para defenderse el guardia de la ciudad murió aplastado por el golem. La espadachina se dedicó a entretenerlo mientras que el mago, cabreado, hizo un enorme despliegue de poder (gritando ¡PODER ILIMITADO!) que redujo al nigromante a cenizas en un sólo turno. Habiendo perdido a su amo, los dos héroes pudieron acabar con el horrible golem y devolver así la paz a la villa. Entre las pertenencias del grupo de cenizas humorosamente humeantes que en un pasado respondían al nombre de Thomas Ochan encontraron varios objetos interesantes, pero el mago encontró un extraño libro encuadernado en piel (presumiblemente humana) que desvelaba las verdaderas intenciones del nigromante: estaba haciendo un ritual para convertirse en un liche. El mago se guardó este tomo y comenzó a fantasear en su futuro inmortal...

En cuanto salieron de la tumba y contaron la historia todo el pueblo se lo agradeció enormemente, aunque unos días más tarde el grupo de héroes que había ido en búsqueda del nigromante volvíó después de casi una semana siguiendo pistas falsas, lo que dejó una tensa situación que no se llegó a resolver... Y fin.

La partida fue divertida. Los jugadores se lo pasaron bien y pillaron el sistema con mucha rapidez. Todo lo preparamos muy rápido y aunque muchas cosas quedaron a mitad (¿trasfondos? ¡Y una leche!) el resultado fue muy bueno. No puedo dejar de cantar alabanzas sobre este juego y tengo ganas de jugarlo más. Bueno, espero que os haya gustado.

¡Nos leemos!

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